lunes, 6 de abril de 2015

Alfredo Attadía: entre el éxito y el exilio

El 30 enero de 1982, Alfredo Adolfo Attadía falleció en Venezuela, donde estaba radicado desde 1955. Por su calidad interpretativa del instrumento, fue apodado ‘El bandoneón de oro’. Había nacido el 9 de enero de 1914 en San Martín, provincia de Buenos Aires. Estudioso del fueye, su principal característica fue un fraseo milonguero, de gran fuerza interpretativa. Debutó a los 17 años con una orquesta de señoritas en la Confitería París de su ciudad natal. Luego se integró a la formación dirigida por el violinista Alberto Pugliese, hermano de Osvaldo. Al poco tiempo, junto a un joven Alfredo De Ángelis formaron la Típica Florida y, en 1933, se integró al sexteto de Alfredo Gobbi, teniendo de compañeros al ‘pibe’ Aníbal Troilo, a Orlando y José Goñi y al contrabajista Agustín Furchi. Continuó después con la orquesta de Ricardo Malerba y, posteriormente, acompañó a un profesional del canto: Aldo Campoamor. Se encontraba haciendo un relevo en el conjunto del pianista Nicolás Vaccaro, cuando fue convocado por Rodolfo Biagi a su flamante orquesta. Allí compaginó sus primeros arreglos musicales. 
Prosiguió su ascendente carrera y, en 1939, tuvo un paso fugaz por la orquesta de Armando Baliotti como primer bandoneón de una notable línea de fueyes: Argentino Galván, Armando Blasco y Eduardo del Piano. Se produjo su consolidación definitiva y la consagración ante el público, cuando fue reclamado por Ángel D’Agostino para integrar su conjunto, como principal bandoneón y arreglador. El cantor era el incomparable Angelito Vargas y por esa orquesta pasaron músicos de la talla de Eduardo del Piano, Mario Perini, Víctor Félice, Alberto del Bagno, Francisco De Lorenzo, Víctor Braña, Domingo Mattio, Alberto del Mónaco y el paranaense Rubén Bordatto. . 
 En menos de una década, Attadía ya había acumulado méritos y conocimientos como para proyectarse solo, en un momento en que se venía la Década de Oro del tango. Con ese propósito, tanto él como Ángel Vargas, se desvincularon de D’Agostino para formar rubro propio. Esta sociedad musical fue breve; a los pocos meses el cantor volvió con el gran pianista, en tanto que Attadía se quedó con los músicos. En Montevideo actuó durante un año y al regreso realizó distintas presentaciones con sus nuevos cantores: Ricardo Gómez y Alberto Ortiz. En 1947, incorporó a un cantor en ascenso: Héctor Pacheco, luego de su paso por la orquesta de Pedro Maffia. Debutaron en Radio El Mundo y en el famoso cabaret Chantecler. Ingresó después para el dúo vocal, Jorge Beiró. 
Recién surgido de las urnas, Alfredo Attadía se indentificó inmediatamente con el gobierno popular del coronel Juan Perón. En 1948, fue convocado por el sello discográfico Lince y registró, con la voz de Pacheco, el tango ‘Descamisado’, de Antonio Helú y Enrique P. Maroni, y también la marcha de Sebastián Piana y Maroni: ‘Peronista’, alternando con la grabación de dos clásicos del género: con Pacheco ‘Milonga para Gardel’ y, con Jorge Beiró el tango ‘Senda florida’, ambos para el sello Odeón. Luego de estas grabaciones, Héctor Pacheco se retiró en desacuerdo con la incorporación de Beiró. El lugar fue ocupado por el exitoso Armando Moreno, quien en su paso por la orquesta de Attadía dejó grabado los tangos: ‘Araca corazón’, ‘El Yacaré’ y ‘Las cuarenta’. 
. Las actuaciones fueron cada día más notables, en sus ciclos en Radio Belgrano, en el Dancing Ocean y en el cabaret Moulin Rouge. Una nueva convocatoria del sello Pathé, fue la confirmación del bien ganado prestigio de Alfredo Attadía. También Montevideo fue testigo de su gran momento, al actuar en el histórico café El Ateneo. Al retirarse Armando Moreno ingresó otro gran cantor, Enzo Valentino, desvinculado de la orquesta de Domingo Federico. Grabaron el popular tango de Herminia y Juan Velich, que Enzo ya lo había registrado con Federico: ‘Cualquier cosa’, con el mismo récord de ventas que en aquella oportunidad. En la otra faz del disco figuró el instrumental ‘Color de rosa’. También dejaron impresos: el vals ‘Recuerdo de mi madre’, la milonga ‘Betinotti’ y el tango ‘Tus besos fueron míos’. 
Cuando Alfredo Attadía transitaba por uno de sus mejores momentos con su orquesta y era atracción en Radio El Mundo y Belgrano, en 1955 serían las últimas actuaciones en el país. Muchos argentinos debieron exilarse después del golpe de estado que derrocó a Perón, entre ellos el maestro director que hoy evocamos. Alfredo Attadía se radicó en Caracas, Venezuela, donde falleció --hace hoy 30 años-- de un infarto. Tenía 68 años de edad. 
Como compositor se destacó también Alfredo Adolfo Attadía. Su obra incluye varios tangos exitosos: ‘Tres esquinas’ en colaboración musical con Ángel D’Agostino y letra de Enrique Cadícamo; ‘El Yacaré’ con Mario Soto; ‘Hay que vivirla compadre’, nuevamente con D’Agostino y letra de Héctor Marcó; ‘El Cocherito’ con versos de Santiago Adamini; ’Y te dejé partir’ con José María Contursi, y los instrumentales: ‘Compadreando’, ‘Entre copa y copa’ y ‘Notas de bandoneón’, entre otros más. 
Estas son algunas de los principales temas que Attadía llevó al disco, en sus distintas etapas: Milonga para Gardel, Senda Florida, Gallo ciego, Araca corazón, Caído del cielo, El pensamiento, Para el que guste bailar, Cualquier cosa, Color de rosa, Déjame quererte, Pepe, El Cisne. Salvo excepciones, se observa muy buen gusto del maestro para elegir su repertorio. 
El ostracismo y el tiempo le pasaron factura a Alfredo Atattía y su gran momento, que superó la Década de Oro, inexorablemente fue borrándose de la memoria tanguera. Pero en el año 2004, Emi Odeón editó tres CD caratulados ‘Orquestas 0lvidadas’, que incluyeron 20 temas cada uno, grabados originalmente en los años 40 y 50, “compilación que merece estar siempre disponible al público como un homenaje a sus directores, que en su momento y con grandes esfuerzos pudieron plasmar su arte en el disco”, dice la compañía grabadora en la contracara. De Attadía fue seleccionado en el Vol. 1 el instrumental ‘El Negro Pintos’, del propio director, y dos temas cantados por Enzo Valentino en el Vol.2: ‘Tus besos fueron míos’ y la milonga ‘Bettinoti’. 

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